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A veces las cosas no van como querrías que fueran. Sientes como todo se escapa al control de tus manos. Ya nos sabes por qué tomaste una serie de decisiones en el pasado que marcarán tu futuro y ya no tienen marcha atrás. Ya sólo te sientes desorientada, impotente. No sabes lo que te depara y te asustas del futuro, sonríes hacia el exterior, pero realmente no eres más que una niña asustada que si no piensa en el futuro no es para disfrutar del presente, es porque le da miedo. Tienes ganas de llorar y no sabes tampoco por qué. Es una sensación tan extraña... Extraña e indescriptible, pero que hace que los finales de tus días decaigan hasta hacerte sentir en la más profunda oscuridad. Como si algo que no eres tú controlara tu vida, como si cada vez que intentaras tomar las riendas, lo hicieras mal y todo el camino avanzado se destruyera por completo. Es más, ese camino se desvanece de tal forma que llegas a pensar que estás en el sitio equivocado, que aquí no pintas nada, que si no puedes controlar tu vida, quizá sea porque éste no sea el sitio donde vivirla. ¿Cómo tener un futuro, si ni siquiera tienes un presente concreto? ¿Cómo controlar tu vida si ni siquiera la vives como tendrías que hacerlo?Siempre con lo mismo, siempre asaltando las mismas preguntas sin respuesta y miedos infundados. Siempre igual, en vez de ir a mejor, conforme avanza el tiempo, pienso que todos esos miedos y preguntas se hacen más profundos e irresolubles.